Aprender a… ¡disfrutar!

Si algo he aprendido en estos años es que los coles son mágicos si tienen magia las personas que trabajan en él. Y eso es así, y así se nota nada mas poner un pie en el centro.

¿Por qué digo esto? Porque ya son muchos años y algún que otro centro por los que he pasado; y afortunadamente para mí, sigo viendo y descubriendo rincones bonitos que me alegran el día y me hacen sonreir.

Dicen que “la belleza está en los ojos del que mira” y bueno, puede que mis ojos tengan la facilidad de ver la magia y conectar… pero no todo el mérito es mío porque estos rincones han venido de la mano de maestras-hadas.

Porque los miércoles, en uno de los coles del Colegio Rural Agrupado han empezado a ser “Los Miércoles Poéticos”:

El miércoles pasado la poesía iba dedicada al otoño, que tardó en llegar pero que ha aparecido con ganas, y aun más en la sierra ¡que ya hay 8 grados cuando llego a las 9 de la mañana! … ¡no quiero pensar cuando llame a la puerta el invierno!

Y este miércoles el poema era de Machado:

Empezó octubre y empezaron mis sesiones de trabajo. Después de días “aterrizando”, con horario, reuniones, viendo que material hay en cada una de las salas, conociendo la dinámica de los tres centros… por fin he podido ir haciendo toma de contacto con mis niños.

He aprovechado material que tenía elaborado, como el de Burbuja de Lenguaje de identificar la serie de colores, construcciones para trabajar motricidad y conceptos y los imprescindibles dados de contar historias de Tiger.

Estos días han sido para conocer a los chicos, sus gustos, sus puntos fuertes y aspectos a trabajar; siempre con el objetivo de que el proceso de enseñanza-aprendizaje parta de sus centros de interés para que todo fluya y “el trabajo sea menos trabajo”.

Estas dos semanas ya he itinerado a los tres centros, he descubierto caminos nuevos, y reconozco que, a pesar de los kilómetros que hago (más de 750 semanales) es imposible no disfrutar del entorno:

Y claro… claro que hay días difíciles, donde las cosas no salen… donde los atascos se alargan y llego con “la lengua fuera” después de hacer más de 90km… momentos en los que pienso cómo voy a trabajar tal o cual objetivo, cuando veo que quiero reunirme con un tutor pero con mi media jornada itinerante parece imposible… PERO intento ver siempre el lado positivo de las cosas o al menos mantener una buena actitud ante las dificultades.

Claro que en estos días ha habido contratiempos… ¡y los que faltan por llegar!… pero hay que mantener una actitud positiva ante la vida… ¡Hay que creer que se puede! Y hay que llenarse de esos rincones mágicos y del valor de las pequeñas cosas: desde un paisaje o el sonido del río hasta desde una despedida de uno de mis niños al verme salir del cole. Cuando escuché ese maravilloso “¡adiós profe!” pensé… “ya me sienten de este cole, ya soy de aquí”.

Cada día aprendiendo, cada día descubriendo… ¡cada día creciendo!

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